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¿Cómo hablar de las finanzas con tu pareja… SIN PELEAR?

No puedo generalizar.  Pero la mayoría de personas con las que he conversado han reconocido que hablar de dinero con sus esposos (as) en ocasiones es bastante tenso, tanto, que algunas parejas incluso prefieren evitar el tema.

Y no digo que se generen peleas grandes (aunque en ocasiones sí), pero en general puede ser una situación incomodidad si no se toman algunas medidas.

En nuestro caso, al inicio era una conversación incómoda que terminaba en pelea y en no solucionar nada.

Errores que cometíamos:

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1.      Nunca hablamos sobre cómo íbamos a manejar este tema antes de casarnos, o, mejor dicho, lo conversamos muy por encima, pero no definimos un sistema en el que ambos nos sintiéramos cómodos.

2.      Hablábamos del tema solo cuando había un problema o alguno de los 2 estaba tenso por algo relacionado al manejo del dinero.  Es decir, era una conversación reactiva 100%.

3.      No era planeada. Empezábamos a conversar de la situación en momentos que quizás no eran los más adecuados, en donde uno de los dos estaba desprevenido y el otro un poco molesto, por lo que desde el inicio había reproches, indirectas o sarcasmos, pero no soluciones.

4.      Patrones aprendidos, poca apertura a probar nuevas estrategias, poca comunicación… entre otras, fueron algunas de las cosas que tuvimos que dejar atrás para lograr nuestros objetivos.

 

Lo que nos funcionó:

En lugar de evitar el tema y hablarlo solo cuando había un problema, decidimos acordar una fecha al mes para sentarnos, revisar el presupuesto y conversar sobre este tema.  De esta forma, si surgía algo antes de nuestra reunión, ya sabíamos que había un momento para verlo y teníamos chance para pensar en soluciones y llegar con cabeza fría.

Para bajar la tensión y evitar excusas para evitar nuestra reunión financiera, decidimos convertirla en una cita romántica: Una cena cuando los peques duermen o una salidita rápida tipo brunch cuando conseguimos ayuda con los peques.  

De esta manera se evolucionó de algo tenso a algo divertido, en donde ambos vamos tranquilos y enfocados en tomar las mejores decisiones para nuestra familia.  Usualmente duramos pocos minutos revisando el presupuesto, conversamos, tomamos algunas decisiones y después simplemente disfrutamos el poder estar a solas un rato, ¡especialmente si logramos ir a un restaurante! Que ahora con dos peques y una pandemia es casi nunca.

 

Algunas REGLAS para nuestro “date romántico financiero”:

–        No tener el celular en la mano. Revisamos pocas veces solo para ver que no nos llamen por los chicos, pero si estamos en casa cero celulares.

–        Evitar decir: “es que vos siempre/nunca…”.

–        No culpar ni juzgar.

–        Vernos a los ojos y tomarnos de la mano mucho.

–        Escuchar antes de hablar.

–        En caso de existir algún problema o inconformidad, hablarlo en calma y proponer soluciones.

 

Debo decir que nos costó un poco llegar a este punto.  Debimos ser muy muy muy intencionales.  Pero lo logramos.

Dejame tus comentarios aquí. 

 

Un abrazo,

 

Ánge.

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