Si ya leíste el artículo de ¿Cómo gastar como una Wow Mom?, sabrás que aquí en “Villa Wow” estamos implementando algunas acciones para reducir nuestros gastos y lograr cumplir nuestro presupuesto.
Nuestro gasto más grande, quitando las deudas, que en algún momento les hablaré de ellas, es alimentación.
Puedo decir que somos súper antojados, nos gusta darnos ciertos gustitos y claro que desde que somos papás la calidad de los alimentos ha sido todo un tema. No escatimamos en comida, pero tenemos algunas estrategias que nos ayudan a no gastar de más.
Lo primero que hicimos fue el presupuesto. Acá te dejo un artículo sobre cómo lo hicimos: ¿Cómo hacer un presupuesto familiar?
Como al inicio no sabíamos bien ni cuánto gastábamos en el súper, tomamos las facturas (o el dato del estado de cuenta) de los últimos 3 meses de supermercados y sacamos un promedio. Al compararlo con el presupuesto que podíamos gastar en este rubro, obviamente estábamos pasados.
Si no tenés este (o cualquier otro) dato es muy importante que lo midás. Recordá, lo que no se mide no se puede mejorar.
Entonces tocó implementar algunas estrategias para bajar el gasto en el supermercado.
Acá te dejo algunas otras adicionales a las que ya google (y todo el mundo) nos dice como: no ir a comprar con hambre o siempre ir con lista de compras, etc.:
1. Tener un presupuesto definido para comida y productos de higiene y limpieza.
Te lo repito 1. Porque es muy importante y 2. Por si sos como yo y siempre te brincás las intro de los artículos…
Si no sabés cuánto podés gastar en el súper de fijo te vas a pasar. Fijá un presupuesto y hacé lo que sea necesario hacer para no pasarte. Vas a ver cómo automáticamente empezás a tener el chip de NO DESPERDICIO en tu casa.
Es recomendable dejar un monto extra por si te excedés pero procurá no hacerlo y buscá una motivación para no usarlo. Nosotros tomamos ese monto extra y, si no lo gastamos, lo destinamos a una pizza o algo que queramos comer una noche… créanme que la motivación por no exceder el presupuesto y no tocar ese “adicional” es mucha jaja.
2. Definir la frecuencia de compras.
Ufff… esto fue prueba y error. Pero definitivamente la frecuencia de compras en nuestro caso, dependía de nuestra capacidad de almacenaje. Nosotros vamos al supermercado una vez por quincena para productos no perecederos y una vez a la semana pedimos los productos frescos y las carnes.
Claro que hay productos que duran más, por ejemplo el detergente, shampoo y ese tipo de cosas.
Pero en general respetamos esa frecuencia. Si por ejemplo se gastó el quesocrema, se gastó, punto. Nos esperamos hasta el día de ir al súper. Porque si pasamos sólo por quesocrema, la realidad es que salimos con un carrito de no menos de 20 mil colones. Si se gastó un producto, no se repone antes, se usa lo que hay. Ejemplo, no hay quesocrema pero aún hay mermelada, mantequilla de maní, crema dulce y yogurt, usemos lo que hay y no salgamos corriendo a rellenar antes de tiempo.
…. Si se gastó el vino pues se toma ron, y… bueno, creo que ya me captaron la idea jeje.
3. Conocer el inventario
Una de las cosas que más me funciona para no desperdiciar es hacer inventario de lo que tenemos en la alacena y en la refrigeradora (incluyendo congelador). ¿Cuántas veces se te ha olvidado que tenés algo guardado y cuando lo encontrás ya está malo? ¿Cuántas veces has comprado algo y cuando te das cuenta ya tenías suficiente en tu alacena? Dejemos de desperdiciar. Si algo se está poniendo viejo y aún no lo vas a gastar, congela. Pero tratemos de no botar comida.
Una buena práctica que me ha servido para ahorrar es ponerle fecha de apertura a todo lo grande: detergente, desinfectante, etc., Con esto y solicitando que por favor usen las medidas para medir las cantidades de producto, el gasto se regula, especialmente si tenés ayuda en casa (no confiemos en el ojímetro).
4. Hacer menú
El menu es todo un tema. Te soy sincera, casi nunca lo sigo, pero me sirve muchísimo. ¿cómo es eso?
Bueno, los domingos me siento, reviso mi inventario de ingredientes y hago un menú. Con base en ese menú empiezo a hacer meal prep, cocino los carbos: frijoles, arroz, quinoa, garbanzos. Saco los vegetales que están más viejitos y procuro gastarlos pronto ya sea en batidos, helados o en las recetas de esos primeros días.
Y después voy sacando, claro que me fijo en el menú. No gasto tiempo pensando en qué cocinar. Aprovecho lo que tengo y hago lo que me resulte más rápido. La flexibilidad es aliada del éxito.
Y el éxito NO es seguir el menú al 100%…. ¿cómo definirías el éxito en este caso? En mi caso, yo lo defino como 0 “cero“ comida desperdiciada. Sólo eso. ¿Por qué? Porque si no boto comida, quiere decir que, no gastamos de más en comida de afuera, no hubo desperdicio, comimos variado y sano (porque compramos variado y sano). Así que es por eso que en mis posts a veces ven que llevo ese control, X días sin botar comida…
Tip: si sentís que siempre comés los mismos platos, podés usar apps para nuevas ideas. En mi casa siempre compramos los mismos ingredientes, pero cuando nos cansamos de las mismas recetas uso esta aplicación Ekilu y genero nuevas ideas.
5. Lista de compras
Después de hacer el menú, podés ver qué ingredientes te faltan. Hacé una lista.
Tip: nosotros ahora usamos a Alexa y tanto mi esposo como yo podemos ver la lista en nuestros celulares. Pero antes de Alexa usábamos otras aplicaciones compartidas: Keep notes o Out of Milk funcionan perfecto. Esta última la amé porque incluso podés poner los precios y llevar la cuenta de cuánto llevás gastado. El problema fue que tuve un poco de resistencia con mi esposo jaja… en fin, lo importante es que haya lista y que la tengan en el celular (puede ser una foto) para no depender del papelito que se puede perder - nos ha pasado-.
6. Si podés comprar online, mejor. No solo te ahorrás muchísimo tiempo, gasolina, estrés por la logística (si sos mamá me entendés), si no que además podés comparar precios sin salir de casa, no ves otras cosas ni sos víctima de los antojos, muestritas y ofertas de pasillo…
7. No agarrés carrito. Si vas al súper de emergencia por quesocrema… (en serio a mis hijos les encanta) no agarrés carrito, máximo agarrá la canasta pero mejor no llevés nada. Si llevás carrito te aseguro que vas a echar más cosas.
8. Comprar marcas blandas. Las marcas blandas son los productos que se comercializan con una marca propia del establecimiento, por ejemplo: Sabemás, Members Selection, etc. Personalmente, en muchas ocasiones no podría diferenciar en cuanto a calidad una marca blanda y cualquier otra. De hecho una vez leí que eran exactamente la misma, que lo que variaba estaba relacionado más que todo a las negociaciones del supermercado y los productores, que definen un volumen de compra por el año y por ende obtienen un mejor precio. Así que podés leer las etiquetas y probar, quizás te gusten igual y ahorrés un poco.
9. Nunca ir con hambre o con todo el tiempo del mundo al súper. Procurá tener algún compromiso después del supermercado. Si vas al súper con demasiado tiempo te aseguro que vas a agarrar más cosas de las que hay en tu lista.
10. No llevar a los peques. Te distraen porque literal vas con un ojo en la lista y otro en ellos. Además, te piden cosas y terminás olvidando algo. Lo que podés hacer en 30 minutos lo terminás haciendo en el doble del tiempo y probablemente sobrepasés el presupuesto. Antes de la pandemia me encantaba llevar a Juli al súper, pero lo hacía cuando era una compra pequeña y no andaba con prisas, ahora sinceramente prefiero no llevarles.
11. Al ordenar siempre seguí el orden FIFO (primero en entrar, primero en salir) traducción: poner lo nuevo atrás. Así evitás que algo se te esté poniendo viejo y se termine venciendo sin darte cuenta.
12. Procurá que la persona que vaya al súper sea la encargada de la cocina. O al menos, que la persona que ordena la compra sea la que hace el inventario y el menú. Nos ha pasado que algo se “pierde“ y se pone malo porque no me di cuenta que mi esposo había comprado algo diferente y lo había guardado en un lugar que no reviso frecuentemente.
¿Qué otros tips tenés para no gastar de más en el súpermercado?
Un abrazo,
Ánge