Tradiciones Navideñas
No todas mis Navidades fueron tan felices. Por muchos años, Navidad era más bien sinónimo de una época tristona y solitaria. Le perdí tanto el gusto y la esencia que, por mucho tiempo refunfuñaba de “tener” que dar regalos, no me gustaba sentir el “compromiso” de salir a meterme en las presas navideñas para gastar dinero solo porque sí y asistir a un sin número de actividades, reuniones y compromisos que más bien me hacían sentir ansiedad. Yo prefería aislarme.
Por supuesto que, atrás de todo ese resentimiento navideño y de mi “Grinch fingido”, había una niña dolida por un montón de situaciones familiares que no coincidían con mis expectativas. Pero que definitivamente me habían hecho perder de vista el verdadero significado de la Navidad.
No fue hasta que nació Julián que todo eso cambió. El amor tan grande que Juli trajo con él, llenó mi corazón de tal manera que, hasta me hizo querer encontrar nuevamente la magia de estas épocas. Volvió el deseo y el trabajo interno lo he ido haciendo poco a poco y… también poco a poco mis Navidades se volvieron a llenar de colores, de luces y de escarcha. De repente, incluso mis propios recuerdos Navideños ya no eran tan monocromáticos, y logré verme ahí sentada con papi, adornando un árbol natural con muchas bolitas y luces de colores… o acostada en mi cama, muy temprano escuchando los cuentos de las “Visitas Navideñas” (que al parecer solo en Cartago se escuchaban jaja)… y fue entonces cuando todo tuvo sentido nuevamente.
Quiero construir muchos recuerdos que trasciendan la memoria de mis hijos. Quiero tradiciones, quiero llenar nuestros corazones con momentos, risas, magia, calorcito familiar, calma, seguridad y muchísimo amor. Quiero construir ese lugar seguro donde Juli y Franco podrán volver siempre para reencontrarse, para agarrar la fuerza que necesitan para continuar, incluso cuando ya Martín y yo no estemos. Claro que esto no se hace solo en diciembre, ni tampoco se logra únicamente con tradiciones familiares… pero por algún lado se empieza 🙂
Crear tradiciones no debe ser necesariamente costoso. Tampoco debemos caer en la trampa de presionarnos por crear la NAVIDAD PERFECTA. No se trata de eso, se trata de saborear las cosas pequeñas y mágicas que nos trae diciembre… desde sus atardeceres hasta el olor a ciprés. Hacer nuestra propia Navidad, lejos de los ideales y de las expectativas inalcanzables, de los estándares de consumismo y los compromisos que no nos hacen sonreír el alma.
Acá te dejo algunas ideas de tradiciones que me encantan, en su mayoría sencillas y muy económicas. Quizás muchas ya las hacés… te cuento cuáles ya practicamos y cuáles están en proceso. ¿Qué otra tradición tenés en tu familia?
TRADICIONES NAVIDEÑAS
1. Ir a cortar el árbol de Navidad
Esto lo aprendí de mi papá. Y la verdad es que amo todo lo que implica buscar y tener un árbol natural en casa. Aunque claro, los árboles artificiales son estéticamente bonitos, simétricos y no hacen tanto caos de insectos y basuritas en la casa, pero de verdad no cambio el olorcito a ciprés y el paseo familiar en noviembre para ir a reservarlo, paseo que da inicio oficialmente a la temporada Navideña.
A nosotros nos gusta ir a una arboleda en San Rafael de Heredia. Hay una específicamente que además de tener arbolitos divinos a buen precio, ofrecen comidas típicas deliciosas… el olorcito a leña, un buen arroz con leche en medio de arbolitos navideños le da un plus increíble a la visita.
Y como lo lindo de las tradiciones es poder construirlas con personas queridas, este es el cuarto año que vamos a escoger nuestro arbolito con amigos y después vamos a almorzar por la zona. Definitivamente, esta tradición puede ser de todas, mi favorita.
El único contra es que debemos averiguar bien cómo podemos descartar el árbol en nuestro barrio. Algunas Municipalidades brindan el servicio, e incluso algunos emprendedores artesanos los recolectan para sus trabajos. Es cuestión de dedicar un tiempito para tener un plan en enero cuando necesitemos quitarlo.
2. Decorar el árbol y la casa en familia.
No es solo sacar las cosas de Navidad. Es poner música navideña, hornear algunas galletas, decorarlas y sentarnos a comerlas con un delicioso rompope y el arbolito encendido… la idea es que sea algo divertido para todos.
Confieso que esta tradición está en proceso jeje. Debo coordinar mejor la limpieza y la depuración que hago todos los años antes de Navidad para poder dedicarnos ese día solo a colocar los adornos navideños. Este año intenté hacer todo el mismo día, entonces más que una linda tradición Navideña pareció un poco más como un castigo jajaja, al final estaba tan cansada y agobiada por el montón de “chunches” que las galletas quedaron para otro día.
3. Que los chicos tengan su propio mini árbol.
Aquí la verdad es que siempre quise un árbol de fieltro que se pudiera pegar en la pared, con adornos que los chicos pudieran poner y quitar.
Sin embargo, el arbolito que usamos es el primero que compré cuando Martín y yo nos casamos. Recuerdo que estábamos regresando de la luna de miel y ya todo lo de Navidad estaba en descuento. Es pequeño, artificial, de color dorado, súper lindo, aún sirve y ese ahora es el arbolito de Juli y Franco. Debo decir que, que los chicos tengan su propio arbolito no ha evitado que también redecoren todos los días el árbol grande jaja… Pero me parece lindo que los niños puedan tener y decorar completamente a su gusto un arbolito y ponerlo donde quieran.
4. Sesión de fotos Navideñas.
Si tienen rato por mis redes, ya debieron notar que amo las sesiones de fotos. Especialmente las sesiones familiares. No necesariamente debe ser una sesión de fotos profesionales, sé que en algunos casos estas sesiones pueden ser bastante costosas, aunque si buscan con tiempo hay para todos los presupuestos. Sin embargo les cuento que el año pasado un grupo de amigas hicimos un set improvisado y fuimos de paseo con nuestras familias para sacarnos fotos. Fue divertido, económico y las fotos quedaron preciosas. Vean esta, nada mal eh?
5. Salir en la noche a ver la Navidad.
Recuerdo que pequeña me gustaba salir y ver las luces. Ya sea que uno viva en un condominio y pueda hacer un recorrido a pie o montarse al carro y pasar por aquellas zonas que sabemos que están decoradas me parece súper lindo. El salir bien abrigados, bajar un poco la velocidad y apreciar lo que encontremos en el camino… definitivamente vale la pena verles la carita de asombro. Podemos preparar chocolate caliente para el camino y quizás un buen playlist navideño para ir cantando.
6. La tamaleada.
Crecí viendo a mi abuela y a mis tías hacer cientos de piñas de tamales. Es una tradición lindísima pero que, sinceramente, dudo que yo implemente en mi familia… sin embargo, comerse un tamal, o dos, o tres… es un MUST para que la Navidad sea memorable.
7. Hacerle la carta a Santa.
En mi familia nunca fue Santa, siempre fue el Niñito Dios. Ahora creo que, con tanta información y tanta diversidad de creencias, vale la pena permitirse hacer un mix según los principios y valores de cada familia, sin olvidar también la magia y la fantasía de la infancia.
Hace varios años le conté a Julián la historia de San Nicolás de Bari y por supuesto le conté la parte de la ficción de Santa Claus, dejando un poco la puerta abierta a la imaginación y a la fantasía. Todos los años le escribimos una carta a Santa.
8. Botas Navideñas.
Y aunque es una tradición europea, me encantaría celebrar el día de San Nicolás, el 6 de diciembre. Allá es una gran fiesta en algunos países, incluso hay transmisiones en vivo en televisoras donde transmiten la llegada de San Nicolás a los pueblos, y se acostumbra ponerles golosinas y dinero a los niños en los zapatos o en las botas. Un dato curioso es que antes, en invierno, se dejaban las botas cerca de la chimenea para secarlas, y se dice que San Nicolás más de una vez, entró en alguna casa para dejarle monedas a alguna familia pobre y las ponía, precisamente, en las botas o medias que colgaban en la chimenea.
El próximo año me encantaría mandar a hacernos una bota linda a cada uno y que ese día podamos poner algunos regalitos, como galletas, fruta, golosinas y quizás, más adelante, ponerles algo de dinero para que compren el regalito del hermano… ¿qué les parece? A mí me parecería lo más tierno de la vida.
9. Desayuno navideño
Juli y Franco aman los pancakes, así que vean que linda idea encontré para el desayuno del 25 de Diciembre. ¡¿qué mejor manera de desayunar que un árbol de Navidad hecho de pancakes!?
10. Tarde de película navideña.
En Netflix hay películas Navideñas súper lindas, así que me parece un súper plan para hacer en familia o en una tarde de playdate con amigos. Nuestras pelis Navideñas favoritas son La Navidad de Angela 1 y 2, Klauss y La estrella de Belén.
11. Caja de Nochebuena.
Amo la idea de que los niños se vayan a dormir en Nochebuena y amanezcan con la ilusión de ver lo que hay bajo el árbol. Así que esta idea me gustó y me encantaría aplicarla el próximo año, pues es un pequeño detalle que los alejará – aunque sea por un rato- de querer abrir todo (en el caso de los más pequeñitos) antes de tiempo. Quiero hacerle una caja a los peques con galletas navideñas para decorar y un libro con un cuento lindo para leerle ese día antes de dormir. También se puede poner pijamas navideñas para toda la familia, medias, la mezcla de chocolate caliente especial, turrón y cualquier cosa que agregue magia a la víspera de Navidad.
Como ves, no tenés que invertir mucho dinero, ni siquiera muchísimo tiempo… Se trata de ESTAR PRESENTES y disfrutar lo IMPORTANTE. Espero que tengan una Navidad increíble, una Navidad realmente MEMORABLE.
¿Qué otras tradiciones Navideñas tenés?