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Lo que no nos dicen de la lactancia

LO QUE NO NOS DICEN SOBRE LA LACTANCIA

Este mes cumplimos 2 años y 11 meses de lactancia. Como pueden ver en la fotografía de abajo no tuvimos el inicio esperado. Fue un viaje de pezones rotos, pérdida de peso, ictericia, lágrimas (muchas), noches en vela… y tarros de fórmula. 

Julián era un bebé súper ansioso. Aunque no esperáramos mucho tiempo para alimentarlo, se enojaba tanto que era misión imposible ponerlo al pecho.  Movía la cabeza, las manos con sus uñitas como navajas, lloraba, se retorcía… Se necesitaban 3 personas para lograr acoplarlo y por supuesto en poco tiempo me destrozó los pezones.  Cuando lográbamos que mamara tranquilo se dormía y era imposible despertarlo nuevamente. 

A pesar de todo eso, pensé que lo estaba haciendo bien hasta que cumplió la primera semana y había bajado un 10% de su peso inicial y además empezó a ponerse amarillo.  “Vamos a aumentar la frecuencia”, dijo la pediatra, “Démosle leche cada hora”. ¡CADA HORA! A veces duraba 40 minutos tratando de darle y ¿¡ya tenía que darle otra vez!? El cansancio fue tan extremo durante esa segunda semana que me quebró emocionalmente. El cansancio más la bomba hormonal hacía que bebé llorara y yo llorara aún más sintiéndome la mamá más chapa del planeta.

Llegó el día del pesaje en la tercera semana y ¡sorpresa! había bajado nuevamente. Recuerdo la llorada que me pegué ese día que salimos del consultorio con 5 tarros de fórmula. ¡Estaba tan agotada! Física y emocionalmente, y a pesar del esfuerzo Juli seguía perdiendo peso 💔  Como pueden imaginarse aquí escuché mil comentarios “bien intencionados” pero que me hacían sentir como la peor mamá.

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Cuando empezamos la lactancia mixta todo mejoró rápidamente. Me costó aceptarlo al inicio, pero admito que la fórmula fue mi salvación. En una semana Juli ganó hasta cachetes!! Ver que mi bebé empezaba a recuperar peso me dio la paz que necesitaba para descansar. Mis pezones comenzaron a sanar y fui recuperando esa fortaleza que toda mamá recibe cuando carga por primera vez a su bebé en brazos.

Mi producción de leche empezó a disminuir por la falta de estímulo, y fue cuando decidimos hacer un último intento, esta vez asesorada. Visité a Ingrid Broitman al mes y tres días de nacido Julián. Me corrigió la técnica, pudo estimar cuánto era lo que Julián estaba tomando de cada pecho, me explicó que mi bajada de leche era muy lenta por lo que tenía que estar atenta al sonido de Julián cuando tragaba para calcular cuánto tiempo estaba realmente comiendo y me guió para lograr aumentar la cantidad de leche. No fue fácil, pero para mi sorpresa en cuestión de un mes logré reducir en más de 50% las tomas de fórmula y antes de los dos meses después de mi visita con Ingrid ya estábamos con lactancia materna exclusiva. 

A partir de ahí puedo decir que he disfrutado mucho la lactancia, es un momento de paz y muchísimo amor…y ahora que Juli está grande son los únicos ratos que puedo abrazarlo y besarlo sin que salga brincando 🙂 .

Para todas las mamás que están en ese proceso y la están pasando mal, pidan ayuda.  Si pueden visitar a una asesora genial, si no, muchos hospitales tienen clínicas de lactancia donde pueden ayudarles con la técnica para evitar hacerse daño y para asegurar que bebé recibe la cantidad adecuada de alimento. Si tienen que complementar con fórmula, excelente, así bebé estará más tranquilo y ustedes pueden estar más relajadas para darle pecho, pero no se den por vencidas.

La lactancia es un proceso de mucha paciencia y amor. No debemos culparnos o sentirnos malas mamás por el método de alimentación que escojamos o que podamos darle a nuestros bebés.

Papá, novio, esposo, abuelita o cualquier otra persona que esté ahí con una mamá intentando alimentar a su hijo… apoyen, eviten comentarios que llenen de dudas o ansiedad (aunque sea con buena intención). Mejor acérquenle un vaso con agua o algo de comer, o ayúdenle a encontrar esa posición perfecta, un masaje sería genial (uno se contractura demasiadoo 😅)… se los va a agradecer. La gran mayoría de mamás que desisten de amamantar es porque no encontraron este apoyo en su entorno, así que seamos parte del proceso y sumemos a que nuestros bebés reciban esta dosis de amor y salud 🙂

👉 Aclaro, este artículo está basado en mi experiencia personal, no tiene la intención de decir qué es mejor o de hacer recomendaciones, cada caso es diferente y debe ser valorado por un profesional. El mejor consejo que les puedo dar es soltar todas las expectativas que tengamos, aceptar y hacer lo mejor que podamos con lo que tenemos. Y si parte del proceso implica dar fórmula, no pasa nada. No escuchen a nadie que venga con comentarios hirientes. Agarren fuerzas y sigan intentando si es lo que su corazón les dice que es lo mejor para sus hijos 💕

Ánge

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